“Por favor, que alguien me diga que no soy la única que va por la casa diciendo: ¡Ordena tu cuarto!, ¡Qué no se come en la cama! ¡¿Quién botó el jugo en la sala?! ¡A BAÑAAAAAARRRRSSSSEEEE!”
Entonces pensé: ¡Cuánto nos
necesitamos las unas a las otras!
Una de las cosas que me ha ayudado
como mamá es la camaradería y las horas de Terapia que significa estar con
otras mamás. Ser mamá es un trabajo duro y difícil. Hay días maravillosos,
momentos inolvidables, pero también hay tiempos difíciles en los cuales nos
sentimos frustradas, cansadas y algunas veces perdidas. Contar con unas
palabras de aliento de otra mamá que te diga: “Te entiendo”, o “¡A mí me pasa
lo mismo!” te hace saber que no estás sola tratando de hacer la labor más
importante del mundo: criar hijos. Algunas veces soy yo quien dice esas
palabras a una mamá más joven y puedo compartir con ella lo que he
aprendido y que me ha ayudado. Siento profunda gratitud por las mamás más
experimentadas que me dan consejos sabios y muchas veces sencillos que me
ayudan a resolver una situación que para mí se había convertido en un callejón
sin salida. Me siento humilde cuando esas lecciones de vida vienen de esas
criaturitas a quienes estamos tratando de enseñar a vivir. Algunas veces las
palabras de aliento vienen de fuentes inesperadas y llegan en los momentos en
los que más lo necesitamos.
En la película “Una noche para mamá”
(Mom’s night out) hay una escena que me encanta y que me gusta recordar en
ciertos momentos. Después de un frustrante Día de las madres, algunas mamás con
el apoyo de sus esposos se reúnen para pasar una noche fuera: comer en un restaurante,
ponerse los zapatos altos, maquillarse en casa (y no en el auto), arreglarse el
cabello y pasar un par de horas entre amigas.
Todo sale terriblemente mal y terminan en la estación de policía.
Mientras la mamá que organizó la salida espera en la entrada de la estación, tiene
una conversación con un gigantesco motociclista. Ella le comenta que es un
fracaso y que siempre falla:
-No puedo anticiparlo todo, por más
que me esfuerce, por más que dé, no soy suficiente.
- ¿Suficiente para quién?
- Para mi esposo, los niños, mi madre,
Dios, todos, no se….
- ¿Para ti ... no eres suficiente para
ti? Vi una cosa en Pinterest el otro día, era un águila que cuidaba a su cría.
Es hermoso ver a una de las criaturas de Dios haciendo lo que Él la hizo hacer,
tan solo siendo un águila, y eso es suficiente. Todo el mundo pasa demasiado
tiempo juzgándose, debe ser agotador. Te diré algo: dudo que el Señor haya
cometido un error al darle a sus hijos la madre que les dio. Tu simplemente se tú,
Él se encargará del resto.
Me encanta esa frase:
Tu simplemente se tú,
Dios se encargará del resto.
Tal como ella algunas veces me he
sentido insuficiente. Las cosas no siempre salen como las planifico, y si caigo
en el peligroso campo de la comparación, siempre hay una mamá mucho mejor que
yo, incluso puedo encontrar alguna mamá perfecta. ¡Pero qué diferente es cuando
a pesar de todas mis imperfecciones puedo recordar que Dios
me confió a sus hijos preciados porque Él sabe, aun mejor de lo que yo puedo
saber, que con su ayuda yo puedo hacerlo!
Este Día de las madres quiero
dejarles tres regalos:
1. Un poster
para recordar que no estamos solas.
2. Un afiche
gigante para ayudarnos a recordar por qué nos encanta ser mamás. Debo confesar
que por lo general espero que mis hijos me digan qué les gusta de su mamá, pero
¿por qué no decirles lo que nos encanta de ser madres? Puedes hacerlo del tamaño que desees. Mi sugerencia es que lo hagas de 9 hojas.
3. Una
recopilación de algunos mensajes y discursos para reconfortarnos, animarnos,
enseñarnos y alegrarnos en esta aventura de la maternidad.
¡¡Feliz día de las madres!!
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